sábado, 25 de julio de 2015

Una muerte cualquiera

"seré mi propio padre y 
así voy a aprender 
que irse es volver a volver." 


Antes de alcanzar la nada, sentirás un peso demencial sobre tu cabeza, un dolor inexplicable mezclado con la confusión y el miedo infaltable del se viene, se viene, es esto, era esto.

 Después, o casi al mismo tiempo: dos jabalíes conversan con la mirada en un matorral de Las Fraguas, dos jabalíes embarrados, con olor a jabalí, secándose al sol, chocando los hocicos a modo de juego. Entonces, del matorral que está a unos pocos metros, aparece otro jabalí. Se acerca, los olfatea. Aquel sos vos, pero ya no tendrás manera de saberlo.