Eh Manuel, no te olvides de tus raíces, eh, Manuel, Manuel, acá…
Escuchado en la cola de un boliche. Manuel el tarjetero,
filtrando, distingiuendo malvadamente la gente indispensable de la no tanto. –Manuel- sigue el
flaco - es mi cumpleaños amigo, no seas careta, acordate del barrio, de la
Josefina.
Y siempre llego a la misma conclusión: I don’t belong.
Si tengo que nombrar una única razón para bailar en el medio de la
pista es el de poder sentir las texturas de los vestidos allí dónde
termina la espalda y empieza el culo. Nada más. Las minas están compuestas de
esa seda, ese terciopelo azulado por las luces del lugar.
La mujer es un ser moderno, se inventó muchísimo tiempo
después que nosotros…corren con esa ventaja. Tienen la última versión
instalada, saben cómo moverse.
Va un ejemplo de lo que son mis días hábiles: lo llamo al
Bebé y le digo que venga urgente a casa, que tengo algo impresionante para
mostrarle. Cuando llega lo siento en mi escritorio y le hago leer la historia
de las dos amigas yanquis que mataron a cuchillazos a otra amiga. Podría
habérsela mandado por mail, me doy cuenta ahora. Y, y, le pregunto cuando
termina. Nos chocó la misma frase, esa que decía que finalmente saltó que una
era psicópata y la otra sociópata. El Bebé habla de la libertad y de sus
limitaciones. Nadie elige ser, remata.
La mujer más linda que habita esta tierra va a al curso de
edición de video de los jueves. Imposible apostar ahí, solamente tres horas
semanales, seguidas, que cuando terminan todos se borran. No pude ir más allá
de preguntas técnicas, a cuántas capas transforma ese null object, etc. Al null
object le dicen nulo, en el curso, me encanta.
Mientras tanto, en una bañadera, un tipo se pregunta si habrá vuelto de aquel viaje, si habrá cortado, si da llamarla para tomar un simple
café. Pero las cámaras no llegan tan lejos.
Leo en twitter a un periodista que dice: se me quemó el
almuerzo por colgarme escribiendo una crónica de Román. Uf, pienso, pensar que
casi termino así. Escribir sobre fútbol
es un asco. Mi única envidia es hacia los que determinan los puntajes de los
jugadores al día siguiente del partido. Amo esa dictadura.
La sobreactuación futbolera, el sabor amargo de ciertos
alcoholes, la gente, la expresión optimista “estaba lleno de gente”, las bombas
de estruendo que estallan en la zona de Congreso, pleno horario laboral, la desidia de un país hecho bosta…
Piensa en eso un tipo en una bañadera, fantasea con irse de
acá.