Un policía
parado en un estacionamiento de Ayacucho: -Disculpa flaco, te hago una
preguntita?
-Sí
dígame
-El boliche
de acá a la vuelta sigue abierto?
-¿Qué boliche?
-El de acá a
la vuelta, sobre Peña
-Ni idea, oficial
-¿Y cómo
está la calle?
-Tranquila, qué se yo, la gente circula…
Circular me
pareció el verbo indicado, al fin y al cabo así les gusta hablar a los
policías. Me despidió con la mejor, el oficial. Eso fue lo último del sábado, los créditos de la película del
5 a 1. La Risa gustó y goleó. En la conferencia de prensa el capitán sacó
pecho. En Olé Tevé no subieron mi gol pero casi. Así estamos, saliendo del coma
cuatro, contentos, conformes, que linda palabrita, estar conforme.
Cuando
ganamos voy por la calle y miro las copas de los árboles, mis sábados y mis domingos
son la envidia de Claudio María Dominguez. Ayer ganamos con altura, como la
vieja Risa, demostrando una superioridad infalible. No jugamos tan bien, eso es
lo que más gusta, haber hecho cinco goles sin jugar demasiado, recibiendo las
patadas de impotencia con una sonrisa de monaguillo. A veces uno se olvida de
que este equipo, alguna vez, tocó el cielo con las manos. Éramos los mejores
¿ya nadie se acuerda? Éramos Kennedy bajándose a Marylin en el Ritz, éramos
todo.
Cuando
ganamos vuelvo a mi casa y me visto con las mejores ropas, después me echo en
un sillón a descansar hasta que se hace de noche y pasan TVR y entonces me vuelvo
peronista, eso me genera la Risa, amor a Perón. A la Risa de José la castraron
y ahora pasó a llamarse La Risa, a secas. Está bien, qué sé yo. A todo esto,
José jugó un buen partido…también lo hizo Marcos Crotto, figura con un gol y
dos asistencias. Y Juanchi, y Chicho, y el seis, Peu.
Ayer se lesionó Pipe, una lástima porque venía jugando bien.
Se lo llevaron al hospital Austral en el entretiempo, esperemos que no haya
sido nada. Un auto cruzó por la mitad de la cancha y lo fue a buscar al banco
de suplentes porque no podía caminar. Eso nos descolocó un poco a todos. Era
como un carrito del futuro.