martes, 21 de agosto de 2012

Zapping



Marcelo Hugo ya nos tiene acostumbrados a la comida chatarra, todo lo que aparece en su programa es descartable, y exagerado, casi extremo. Los culos, las tetas, los labios, las tinturas…la escenografía, el tamaño de las pantallas led. El estudio es un gran circo...hay un jurado conformado por un mini Willie Wonka (un enano con galera y la cara blanca) y una vieja de dos metros con peluca y tetas del tamaño de dos pelotas de futbol cinco, entre otros personajes. Cada tanto enfocan a un mago sin dientes, todos lo llaman así, El Mago sin Dientes. También está Marcelo Polino. Una vez alguien me dijo: Marcelo Polino siempre tiene cara de puto al que le acaban de desvalijar la casa. Me hizo reír. En fin, yo estoy tirado en un sillón observando ese manicomio, el manicomio más famoso del país.

Me parece que Tinelli está aburrido. No tiene más ganas de estar ahí parado, presentando mujeres desconocidas a los gritos. El tipo es millonario, hace algunos años armó todo este quilombo porqué no sabía qué hacer con tanta plata, pero ahora ya se cansó. Algún día de estos los va a rajar a todos a la mierda, se los aseguro.Y yo estoy aburrido, también. Está bailando una rubia que se llama Ayelen Paleo. Tiene el culo hinchado de silicona, casi a punto de explotarle, y de cara es muy parecida a Nicholas Cage. Hay cosas que de tan bizarras pasan a ser arte, aunque no es el caso de este programa. De todas maneras no puedo apretar el botón para cambiar, sigo ahí, pegado a la pantalla, esperando algo que no llega nunca.

Hasta que llega. La rubia parecida a Nicholas Cage desaparece y Marcelo Hugo interrumpe el concurso de baile para presentar a un par de actores que estrenan una novelita que irá por el mismo canal. Entonces la pantalla gigante del fondo se abre como un telón y aparece ella, con un vestido increíble y esa cara redonda, perfecta…de porcelana fina. La acompañan otros actores, pero a mi solo me interesa Celeste Cid.

Siempre la vi a Celeste Cid como la esperanza de una vida mejor. Una de las mujeres más lindas que caminan por el mundo, sino la más. Dicen que estuvo muy enferma por las drogas, alejada de todo, aunque ahora avanza por el estudio y está igual que siempre, incluso más linda. Porque su belleza es algo que la trasciende, es decir, por más que ella quiera arruinarla no va a poder, no depende de Celeste Cid, esa belleza no es suya, no es de nadie, simplemente está ahí para que aprendamos a ser buenas personas…eso es lo que siento cuando me ponen enfrente a Celeste Cid, ganas de ser buena persona.

Tinelli no para de hacerle preguntas, pero Celeste está tímida, mira para todos lados, me hace acordar a Alicia en ese bosque rodeada de delirantes. Sonríe nerviosa, ella pertenece a otro lugar, esa es la tierra de los débiles. Finalmente la despiden y el circo se reanuda. Ahora estoy tranquilo, casi contento. En un rato voy a cocinar algo, estoy de buen humor…hay unos bifes en la heladera, en una de esas hasta me armo una ensalada, y después voy a salir a dar una vuelta, quién te dice. Adiós, Celeste Cid, te amo con todo mi ser.

El programa sigue. Marcelo anuncia a una tal Andrea Rincón y aparece una morocha de pelo larguísimo, masticando chicle a lo loco. Tiene unas calzas de lycra fucsia que me encandilan, y las tetas le rebalsan. –“Marce -le dice apenas llega- por los pasillos me gritan que soy igualita a la mujer Maravilla”. Tinelli larga una carcajada, el público aplaude.