
El Bribón de Derqui
Allá por el 2009, cuando La Risa empezaba a dar sus primeros pasos, Bonadeo entregaba por treinta monedas de oro la contraseña del blog a un señor que se hacía llamar El Bribón de Derqui, quien por un tiempo se ocupó de defenestrar a cada uno de los catorce jugadores terminada la fecha del sábado. Tiempo después se supo que el Bribón no era nada más ni nada menos que el organizador del Torneo Pilarense, Ezequiel Maldonado, quien se divertía matando a los muchachos del plantel desde el anonimato. La venganza no tardaría en llegar, ya que durante el año pasado La Risa logró mandar al descenso a Pinturas Rupestres, el equipo donde juega Maldonado. Sí, el organizador del Torneo juega en un equipo de ese mismo Torneo, bienvenidos a la Argentina.
La cama a Emilio Ramón
La verdadera historia de lo que pasó con Sir Emily se encuentra en los archivos secretos de La Risa, a los que pocos tienen acceso. Sin previos avisos, sin conferencias, sin declaraciones, Sir Emily dejó de ser el técnico de LR de un sábado al otro otro y nunca más volvió a Pilar. Cercado por los medios, tomó la decisión de exiliarse en Cuba, donde vivieron sus antepasados, y estando allí, una sola vez se refirió al tema de su salida: "Me fui por mis propios medios, a mi nadie me apretó y no creo que exista la persona que se anime a hacerlo. Decidí irme cuando me dí cuenta que era más la gente que restaba que la que sumaba". Dicen sus allegados que cuando habla de esa gente se refiere a Mazzinghi, a quien Emilio sacó del equipo frente a Lobo Jujeño por su bajísimo nivel. El volante, enojado, habría impulsado una cama al técnico en la que habrían participado Bonadeo, Martinez, y sí, creanlo, Iván Miguens, su propio hijo.
La expulsión de Miatello
Éste quilombo está fresquito, ya que fue en diciembre del 2010. Todo empezó cuando un conocido personaje, que incluso vistió la camiseta blanca, le fue con el cuento a Miatello de que lo querían rajar del equipo. Miatello, ni lerdo ni perezoso, levantó el teléfono y citó a Bonadeo y a Mazzinghi en la fuente de la Plaza Gelly y Obes. Sin lelos en la pengua (?), los encaró directo y les preguntó si lo querían afuera del plantel. Bonadeo, as ever, empezó a divagar con una analogía sobre árboles que a pesar de tener hongos y enfermedades siguen creciendo, pero Miatello se calentó y lo agarró del cuello. Finalmente lograron explicarle que la idea no era echarlo ni mucho menos, y que lo único que se había hablado sobre su persona era que les estaba costando encontrarle un posición fija en la cancha. Todos contentos.