Jorge Bonadeo Miguens
Si fuera por cantidad de viajes, le damos el premio a Gorga, una palmadita, algun que otro flash y listo. Pero no, acá entran mas variables, y acá entra a perder Bonadeo. El viaje hasta Pilar es largo, casi una hora, y por eso la música es algo clave. Los discos de Bonadeo son pura mierda, objetivamente. ¿Otra mala? El auto, un Clio muy pequeño que suele acalambrar sendas piernas de los que viajan atrás, sobre todo cuando viene Miguens. Y lo último, y para mí lo peor, la ausencia de las manijas para apoyarse que se ubican arriba de la ventana. A favor de Bonadeo podemos decir que rara vez pide plata para la nafta.
Alejo Fitte
Contento por zafar del Golden Traitor, ahora Alejo se agranda y se candidatea para uno de los premios más nobles. Fitte es un impecable ponedor de coche. Impecable es también su coche, una camioneta espaciosa, asientos de cuero, aire por todos lados. Ful ful, diría Miguens, escupiendo migajas de Jorgito blanco. Te lleva, te trae, nunca un problema, nunca un bajame un cacho la música, nada. A todo esto, la música es bastante buena. Generalmente suenan marchas, que sirven para motivarse antes del partido. De plata ni hablar.
Gonzalo García Mansilla
Este muchacho solo entra a esta nominación por una cuestión geográfica. García es el comodín de varios sanisidrenses, que de no ser por ese Palio (hoy 206) irían al partido a gamba. Pero hay que decir que García es un chofer de cuarta, y me la banco. Auto de tres puertas, unos reggaes pelotudos quemando los parlantes, calor, noventa por hora, puf. Y aparte te cobra, y te cobra bien, un lindo agujero te queda.
