

Benjamín Martinez Zubiría
Las fotos hablan por sí solas. Por más que te escondas La Risa no perdona.
Alejo Fitte
No sé si alguno olvidará ese partido, pero yo no creo que lo haga. La Risa había jugado un primer tiempo aceptable, mordiendo mucho y dejando la vida. Fitte, el 4, de gran partido hasta ese momento. Fitte, dividiendo su vida entre el fútbol y el rugby. El equipo, concentrado, en ronda, hablando de como había que salir con todo este segundo tiempo para liquidarlo de entrada. Fitte, alejándose unos metros, caminando hacia los vestuarios. Bonadeo, gritandole, Silveyra, gritandole. Y Fitte diciendo que el segundo no lo jugaba, que no, que se estaba cuidando porque mañana tenía partido. Recontracagón. Ese partido lo perdimos.
Martín Ríos
Esto no se si es mejor o peor para él, pero lo de Ríos no es un caso puntual, sino algo que se extiende en el tiempo. Un buen día, a Ríos le dejó de importar el equipo. De un momento al otro, el sábado pasó a ser un día ideal para tomar sol, y daba lo mismo si era en el jardín de su casa o en una cancha de fútbol. Es más, Ríos ni siquiera se molestaba en caretearla, le chupaba un huevo el equipo y te lo decía en la cara. Nos empataban en el último minuto, tres a tres, y a Ríos lo veías sonriente, Gatorade en mano y limpito como si no hubiera jugado. Nominado.
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