"No pasa nada, no pasa nada, a Montoto lo cogemos con las luces apagadas" cantaba la barra. El heroe en primer plano, la luna y el abrazo de escenario.
Tarde de frío y lluvia en el condado Pilarense, pero a falta de sol apareció la luz blanca y risueña ganando otro partido sobre la hora para quedar cerca, muy cerquita de la hazaña. "Escape al descenso", una película al mejor estilo scorsesiano llega a su final y el público pasó de comerse las uñas a morfarse los dedos. Su actor principal, por el que La Risa pagó varias esterlinas, sigue liquidando indios y combatiendo el mal, llegando a 5 goles en dos partidos. Final abierto, gentlemen...como le gusta a los morbosos, todo se define en la última fecha.
Pero dejemos esas introducciones melosas para JP Varsky y pasemos a los hechos. El plantel estaba casi enterito y el hambre de ganar era bastante grande. Con Moroni incendiando el banco y la presencia de Zervino (acompañado por la enfermera, cual Diego en el 94) y el infaltable Roberts, los 11 salieron con confianza. Bonadeo como líder, la defensa sólida y unos ataques dinámicos; así, rapidamente tomamos el dominio del partido. Pero el gol se hacía esperar y Walter Nelson, al costado del campo y de overol, se impacientaba por su gargantita. Una peligrosa llegada de Montoto y ya era hora de la hora: Moroni a la cancha. El hábil goleador, al rato de entrar, recibe un pase en tres cuartos de cancha, ve adelantado al arquero y la manda a guardar con un sombrero loco. Delirio, hay quienes aseguran haber visto a Mario Alberto Kempes con la 99. La dupla relatora no se quedo atrás con los festejos:
Nelson: Que digo gol Fabbri, requetecontraarchi golaaazo...en la agonía del primer tiempo, apareció Dodds y dice que La Brisa unooo, Montoto ceroo, Nilmar lo hizoooo...
Safarian: Hace nueve mil cuatroscientos tres segundos que Bonadeo no hace un lateral, cuidate de eso...
En la segunda parte la máquina empezó a fallar. Bonadeo y Martinez se estancaron un toque arriba y comenzó la Guerra Fría entre el mediocampo y los delanteros. Entre pelotazos a la nada y errores tontos, el équipo perdió la brújula, y para colmo llegó el empate, oootra vez de pelota parada. La lluvia aceleró la cancha y al segundo mano a mano que falló Moroni fueron varios los que pensaron que estabamos listos. Pero a los 48 apareció Fitte, otra vez figura, por la derecha y en un centro inmejorable lo sirvió al goleador que, sin dejarla picar, la mandó a guardar sin escalas. Un festejo interminable a la luz de la luna para un equipo que se lo merece.
Falta el último round, pero había que ganar este partido y lo logramos. Disfrute, hincha de la Risa, porque se vienen tiempos mejores.