Y si, cuesta hablar cuando la realidad es tan áspera, cuando la justicia se saca la venda, tira la espada y la balanza al carajo y nos empoma sin asco. En un partido que pintaba para goleada nos terminamos llevando un estúpido empate, algo tan inservible como un caramelo de naranja. Epidemia de sonrisas en los pasillos blancos, desazón del capitán, profunda tristeza por parte de Miguens mezclada con la algarabía de su padre al vernos otra vez en el fondo. Mails, mails, mails buscándole la vuelta a un equipo que sábado tras sábado deja la vida y lo único que recibe son puñetazos del destino. Y ahí están, el esfuerzo de Prado, el tesón de Fitte, la voz de mando de Miguens, las ganas de o Reimundo, las engaña pichangas de Martinee', y todo para nada, joder.
Fue 2-2 señores, a pensar en lo que viene -maldita AFA-.