domingo, 8 de agosto de 2010

El corazón agridulce

Lloran las novias, las madres, los fracasados, los dueños de las joyerías y de los telos, lloran los filósofos, los escritores, los monagillos y los profesores de música, y festejamos nosotros, los amantes de la redonda, porque volvió el fulbo, o mejor dicho, y sacándose las tres Oreos de la boca, el fútbol. Pero espere, tampoco para tanto, vuelvase a vestir y deje la sidra en la mesa, porque la Risa, la razón por la que todos estamos acá, arrancó La Nestlé Cup con un estúpido empate y se volvió a casa con una calentura madre. 1 a 1 y ya de entrada empezamos mirando a los de arriba, flor de torticolis nos vamos a pescar. Bonadeo abrió la cuenta con una vaselina pero Cosmeticos, vaya nombre, lo empató con un gol de pelota parada. Otra vez de pelota parada, como todo el Torneo pasado, como siempre fue y como siempre será, maldita sea. Luego se vinieron un sinfin de errores por parte de los dos, claro que muchos más por nuestro lado, y las pocas claras que tuvimos (algunas clarísimas) las dejamos pasar. Mediocre comienzo, pero la autocrítica está a la vuelta de la esquina y solo es cuestión de ir a ver qué onda.