
Se sabe, los medios son negros buitres al acecho, y han encontrado aquí jugosa carne para entretenerse. Porque la Risa ya no es un árbol caído, es, como decirlo, un funeral sin siquiera invitados, es aquella escena del malo de Titanic agarrando por la fuerza a un niñato desconocido para tomarselas del barco como sea. "Y un montón de bocas como parlantes" hablan, gritan hacia los cuatro vientos los desmanes de una interna que de a poco se va morfando al plantel con las camisetas y todo.
A continuación, pero sin ser parte de esta maliciosa campaña, un espejo de las pestes que se andan contando por allí:
-La división dentro del plantel es clarita. Dos bandos, dos cabecillas y un par de indecisos. Por un lado, los fitteistas, por el otro, los bonadeistas. Dentro del primer grupo se amparan, como laderos del General, Miatello y Mazzinghi, aunque tambien cuentan con simpatizantes como Martinez y Dodds. El segundo bando es el que manda. Bien cerca de Bonadeo caminan Silveyra y Miguens, y un poco más atras van Donoso y Ríos. Basaldúa y García no se casan con nadie, o si, se casan entre ellos: se juntan a ver series juntos y cada tanto cocinan brownies o alguna tortita. El caso de Navarro es más complicado: aun no entiende si está jugando en La Risa, en Juncal & Billinghurst, o si está atravesando Zona Sur en avioneta.
La ida a Pilar es un indicio del fraccionamiento: Así como Martinez y Fitte jamás pisaron el auto de Silveyra, Silveyra nunca se atrevería a tocar el auto de Martinez o de Fitte. Así ocurre con casi todos, pero el tema sigue en los vestuarios. Un grupo a uno y el otro al de al lado.
-Miatello es el responsable de traer a jugar a Zervino en algunos partidos donde reinaba la urgencia. Él lo llama, él lo lleva, y así también con las juntadas del equipo: aunque no sea parte del plantel estable, Miatello siempre se ocupa de que esté. Existieron rumores de que su relación de amistad estaba yendo un poquitito más allá, pero nadie hizo demasiado caso, y los rumores murieron en rumores.
Hoy, tiempo después, la foto que descansa sobre este párrafo lo dice todo. Fue a la salida de un asado y aún no se sabe quien la gatilló. Zervino aún no declaró y pocos creen que salga a decir algo. Miatello fue integorrado por un periodista en la cola de un Burger King y, algo nervioso, contestó: "trae a casa a tu hermano y vas a ver si soy puto", aunque se dio cuenta de que la frase estaba mal armada. Pero ya era muy tarde.
-Prado declaró en un medio de Trenquelauquen: "La situación era inaguantable, o me iba o me iba. El capitán es incapaz de lidiar con algo así, incluso él es el primero en armar quilombos al pedo. No me sorprende esta racha, qué se puede esperar de un equipo cuyo capitán perdió el cerebro en alguna esquina". Ésta nota jamás trascendió. Dicen que Bonadeo se encargó de eso, pero despues nos enteramos de que el invento del diario aún no llegó a Trenquelauquen. Recién van por el papiro, y confían en que éste año llegue el telegrama.
Por el bien del equipo, esperemos no tener que volver a publicar este tipo de notas, aunque seguimos atentos a todo lo que pasa en el Mundo Risa (?).